domingo, 10 de julio de 2011

Que Pesadelo!! (este partido): Brasil-Paraguay (por Nico)

Nuevamente aquí congregados para cubrir la pasión panamericana (tu tun tun, pan panamericana…) que supone la 43º edición de la Copa América. Cualquiera de los países no-futboleros podrían mofarse del nombre de Postre Helado que lleva esta competición, y a juzgar por el excesivo color y lo fría que empezó, no estarían tan errados.


La decepción es grande para los que esperaban ver a las figuras del anterior Mundial en esta Copa: El Pulpo Paul muerto, Larissa Riquelme lesionada, la Jabulani retirada, y casi ninguna Vuvuzuela, poquito se puede esperar…


La primera fecha había dejado magros empates en casi todos los encuentros disputados, por lo que la tabla del Grupo B parecía estar expresada en código binario. Brasil-Paraguay, encuentro que a priori podía resultar muy atractivo, aparecía como una alternativa apática para pasar la tarde de un sábado. Nobleza obliga, desistí de la idea de hacer esta reviú sin mirar el partido , acto del que ahora me arrepiento bastante. En Fin. Menezes no es lo que era un Dunga, que me llenaba la mitad de la reviú con sus berretines ‘fayon’, lo que es más, su sobriedad contrasta de manera escandalosa con el perpetuo estado etílico de la parcialidad brazuca.


Un renovado plantel carioca apareció en el estadio luciendo la célebre verde-amarella, que a juzgar por el peso de anteriores jogadores, a estos jóvenes parecía quedarles un tanto grande. Literalmente. Así fue la presentación, pocos aplausos, mucho murmullo guaraní desaprobando y típica foto inicial con los dormis rústicos de Córboda detrás del equipo. Ah, no, perdón eran Lucio y Ramires.


Yo dawg, escuché que te gustan los paraguas...


Si bien el conjunto guaraní, siempre digno, venía de una buenas eliminatorias y un aceptable Mundial, la comparación entre sus laterales no era favorable. De un lado Dani Alves, del otro Aureliano Torres.


No quedó claro si era parte del programa estatal de empleo para discapacitados visuales o que, pero la transmisión de Canal 7 tampoco ayudó mucho al show. Bien podríamos decir que fue la mejor televisación lejos. Lejos, lejos, leeeeejos. Entre lo violento de las patadas y lo abrupto de los cortes y paneos de cámara parecía la mentada escena de los caballos de Leonardo Fabio…


Se juega como se vive’, reza un antiguo refrán futbolero, y así como la selección Boliviana había entrado en una meseta, y la de Chile había robado, era de esperar que la de Brasil asustara por su alto nivel de inseguridad.


Los primeros quince minutos de juego fueron parejos y deslucidos, Paraguay fue superior con poquito, con decir que lo más rescatable fue la frase de Fernando Niembro: ‘En essste momento en el sur de país essstá haciendo menosss cero grados’. Los brazucas anduvieron desorientados e imprecisos, Pato y Ganzo hicieron agua, y entre tanto centro a la olla quedó claro como Neymar era el menos indicado para peinarla.


La genial capacidad creadora de la figura del Santos merece un párrafo aparte. Listo.


Auspicia a la selección Brasileña: "Naymario Bros: en el Reino de los Caños que no conducen a Nada" (Aviso: como todos los juegos de gameboy, tiene menos nivel del que dice tener)


Ahora en serio, la joven promesa del futbol carioca hacía uso y abuso de los chiches, al punto de exasperar a un Jeque de Dubai presente en el estadio, que decidió retirarse asqueado de tanto lujo. Más allá de su habilidad técnica indiscutible no fue capaz de generar peligro en serio ni propiciar juego colectivo. Muchos especulaban que su carácter caprichoso podía haber derivado en peleas con sus compañeros, incluso con su peluquero. Hasta se escuchó a un Daniel Pasarella desaforado, tratándolo de personalista y cerrado. Aunque la realidad es que a esa altura ni al partido, ni al plantel le deba el piné para generar mucho más que un peloteo intrascendente.

Por su parte los laterales paraguayos, especialistas en construir paredes, eran los que le ponían algo de ritmo al partido con sus intentos por afuera, aunque claro, luego de los primeros 20' se les acabó la nafta, y empezaron a resignar el monopolio de la pelota. El trabajo de neutralización de los de Martino todavía era fuerte, por lo que a Brasil se le complicaba en las pelotas paradas ya que sus volantes estaban todos tomados. Lo que explica un poco el nivel de descoordinación que mostraban.


Ya pasada la media hora los de amarillo empezaron a crecer. Dani Alves, jugador que ya desde el momento de ser negro de ojos verdes demuestra su condición de excepcional, ayudó a la distribución de la pelota y, luego de algunos buenos pases, los delanteros cariocas comenzaron a hacer figura a un sólido Justo Billar, que mantuvo el cero guaraní mientras pudo. Hacia los 40’ un tímido remate de Pato abría el marcador. Brasil OTRA VEZ metía un gol sobre la hora y se iba al vestuario tranquilito, mientras que los paraguayos, pinchados, se veían con menos chances que Todesca de hacer un papel decente en lo que restaba del encuentro.


Luego del entretiempo, la motivación y la necesidad por ganar el partido (y tal vez algún que otro tereré veloz) hicieron que la selección roja y blanca fuera un equipo bárbaro. En el sentido más amplio de la palabra. Avanzaron salvajemente hacia el territorio enemigo a saquearle todas sus pertenencias y a romper todo lo que se les pasara por enfrente.



Se rumorea que un tal Julio Cesar colaboró en la charla motivacional en el vestuario de Paraguay. FUAAAAAA!!!



En los primeros veintipico minutos de la segunda parte el conjunto del Tata arrolló a su rival en todos los frentes. Incluso Aureliano Torres, que como un Igor de Ukokalonia endemoniado, se las rebuscó para resolver siempre a su favor, y complicar a la banda derecha de los brazucas, incluso a Dani Alves que más que del plantel de Barcelona se movió como un redactor amateur de Caras y Caretas. Durante este período de desteñimiento carioca el mejor jugador del equipo fue Robinho. Que no jugó.

El inevitable empate llegó de la mano de Haedo Valdez, designado para ocupar el espacio dejado por Salvador Cabañas, verdadero especialista en ejecuciones (entre paréntesis, nuestros recuerdos a Facundo Cabral). Como había sugerido Chilavert, los centrales guaraníes se manejaban en otro idioma para desorientar, cosa que también parecían haber adoptado los defensores brasileños, pero cada uno con idiomas diferentes. El nivel de descoordinación verde-amarello era tal que la selección paraguaya se había agrandado y no solo se conformaba con el empate sinó que empujaba una y otra vez para darlo vuelta. Promediando los 20’ un error de Dani Alves en el área chica les regala el 2º gol a los de Billar, naturalmente, de carambola.


También como ya se puso de moda en esta parte del mundo nunca falto el láser verde a los ojos molestando a los ejecutantes de los tiros libres. Sin embargo esto no frenó a los ‘guaranises’, que hasta se dieron el lujo de desaprovechar varias chances de gol. Vera en una pared falsa mientras el arquero había salido mal hasta Beirut. Otra cerquita de Santa Cruz, quien como sabemos le hace honor a su apellido a la hora de aportar la frialdad. Mientras tanto Niembro criticaba implacablemente la pasividad e incompetencia de Pato y Fred, y declaraba que era indiscutible que el resultado terminara enteramente a favor del conjunto comandado por Haedo Valdez.


El vendaval paraguayo parecía haber soplado con fuerza sobre el plantel carioca, o tal vez eran los peinados horribles que traían, no se. La cuestión es que les costó reaccionar. Les costó, pero pudieron. SIEMPRE pueden.


Para el minuto 25, como si Ronaldo y Adriano se hubieran corporizado en la delantera del equipo, Brasil inclina la chancha para el lado del rival. Algunos errores arbitrales también le dieron una mano a los de Idem Menezes. Cuando ya todo parecía liquidado Fred (quien essss????), que debía haber visto la roja minutos antes, recibe una buena habilitación de Pato y, con el libro de historia futbolística abajo del brazo, logra conectar un remate al segundo palo para cerrar el marcador con una nueva parda. La bronca guaraní era tal que nuevamente se vieron punteros láser rondar por las caras de los rivales y árbitros, pero en este caso eran rojos y se posicionabas entre ceja y ceja. “Ya veníamosss diciendo que losss delanterosss brasssileños essstaban picantes y que el empate essstaba al caer”, fue el comentario de Fernando Niembro, más hipócrita que el Pipita Huguaín haciendo la propaganda de Barrio Argentino en Fuerte Apache, al finalizar el encuentro.


Así se acababa otra jornada con nueva demostración de poderío casi mágico de resultados cariocas sobre cualquier merecimiento futbolístico. Más que notable garra de los rojiblancos, partido inestable aunque no tan vistoso, y una cierta admiración por el plantel de Menezes al que nunca hay que dar por muerto, pero no mucho más para destacar. A modo de conclusión final me pregunto como puede ser que un jugador brillante y magistral como Dani Alves no sea amado e idolatrado en su país por el solo hecho de que no llegar al mismo nivel en su selección que en la Liga Europea. Te das cuenta? estos negros pecho fríos no entienden nada de futbol…


4 comentarios:

  1. Muy bueno!!! Lo de Niembro y Aureliano me mata jejejejejeje

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  2. Esta bueno el nuevo arte del bleeegggghhh! Quienes son los personajes en cuestión?

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  3. No me pareció justo seguir dándole espacio a Lost, así que los remplacé. Estos son Ben y Justin, personajes de la (altamente recomendable) serie Carnivàle. Puede que en algún tiempo se venga uno de Twin Peaks, se verá...

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