lunes, 10 de junio de 2013

Que Pachorra no te ataque!: Argentina-Colombia (por Nico)

Mucho tiempo ha pasado desde mi última colaboración para este estimado espacio, y para ser sinceros, poco hubo que destacar en materia futbolística durante ese ínterin. El partido que enfrentaba a los dos punteros de las eliminatorias, Argentina-Colombia, parecía, a priori, un encuentro digno de revicionar, aunque, claro está, aparecía un tanto devaluado por la falta de por lo menos 3 figuras de esas que hacen delirar a grandes y chicos con su magia: La pulga Messi, Teo Gutiérrez, y el más importante, Don Fernando Niembraaaa.

De a poquito el clima se fue armando en Núñez. Encabezado por el técnico argento la selección salió de la manga llena de jugadores del ámbito local, fieles practicantes del fútbol gaucho, y colmados de gratitud por todo lo que esta tierra les supo dar. Después salió el otro equipo: Argentina. Con la tribuna entonando el “♫ El que no salta… no va al Mundial! ♫” tan típico a esta altura de las eliminatorias, todos en la cancha se empezaron a mover y a calentar, salvo Sergio Romero que se quedó paradito y quieto mirando todo, para no contradecir al canto.

Una vez pitado el inicio por el árbitro Escalante (hombre sospechoso, digno de ser investigado, manténganse atentos) se hicieron evidentes los graves problemas de descoordinación en la defensa de Colombia comandada por un Yepes que, tal vez traumado por algún ‘caño’ en su pasado, caminaba como un pingüino sin poder anticipar a naidessssssss.

Argentina asestó su primer puntazo luego de una falta brusca de Aguilar (apellido célebre para hacer daño en River) al Kun, que Di María canjeó por centro a la olla finalmente rechazado. No está muy claro si es que los cafeteros tenían la cabeza puesta en el partido que se estaba disputando en La Paz o que, pero cada despeje frontal que metían se elevaba a unos 6000 de altura complicando más ellos mismos a su guardameta que los delanteros rivales.

  
Di Maria: una pesadilla para el fondo Colombiano.
(no está mucho menos feo que el original)

 Ya pasado el primer rato Argentina parecía acomodarse mejor en el partido, principalmente por el excelente desempeño de Angelito Di María, que era por lejos el más activo y peligroso de la cancha y había podido conjugarse muy bien con Higuaín en dos o tres jugadas con pases exactos que lo dejaron al Pipa cara a cara con el Uno tricolor, que se tapó todo.

Otro que supo como conjugar bien fue Montillo. Se ve que le sacó provecho al cursito express de castellano que le había sugerido Sabella luego de notar como se le había pegado esa desagradable pronunciación gutural tan común en personas de estadía prolongada en Chile. Y refiero a esto porque la verdad que es más bien magro lo que, futbolísticamente hablando, se puede destacar de la performance del doble de Mex Urtizberea.

La escuadra nacional estaba claramente dividida. Adelante el “volumen de juego”(?) que desplegaba el volante del Madrid avasallaba totalmente a los de Pekerman, pero atrás se adivinaban las primeras desinteligencias severas en defensa que hasta ahí no había sido por demás apretada. De hecho las veces que Colombia construyó una ocasión de gol podían ser contadas con los dedos se una mano. De Romero, que parecía no tener los dedos del todo bien formados cada vez que ‘muñoneba’ una puñetazo para rechazar el balón a unos metros. Igual cabe señalar que durante ese rapto de ofensivas siempre que se lo exigió, nuestro arquero apareció. Tal y como aparece un espectro en una mansión embrujada, pero pareció al fin, manteniendo el cero.

Mordiendo la media hora de juego, El Pipa Higuaín picó por izquierda para alcanzar una pelota al vacío pero se encontró con un Zapata(zo) de frente que lo desestabilizó, y lo hizo volar un trecho aterrizando sobre el arquero rival. La pirueta en el aire fue de lo más confusa y cerró con un intercambio de puntinazos picante entre Zapata y el delantero argentino. Acá el referí Escalante (de quien seguimos indagando sobre su pasado, confiamos en hallar algo comprometedor) tomó protagonismo absoluto cuando revoleó dos rojas directas al aire en una resolución incomprensible, perjudicando al atacante albilcelestes que había sido quien recibió la falta y supuestamente había tumbado al arquero rival en un choque invisible. La idea original de Sabella de imprimirle al plantel una dinámica de Papi fútbol estuvo bastante cerca de concretarse, no por las jugadas de potrero, sinó porque ambos equipos se iban acercando peligrosamente a tener 5 jugadores en cancha, como que siguieran cascándose.

Sin alguno había ido a la cancha con esperanzas de ver algún gol, entre Messi que estaba roto, el Pipa que marchaba para las duchas bien tempranito, y los cafeteros que hachaban de lo lindo a cualquiera que se acercara al área, el entretiempo parecía caérsenos encima con el marcador indefectiblemente cerrado. Como un Marcelo Tinelli endemoniado Agüero surgía como la única razón para mantener el televisor prendido por más barata y mediocre que pareciera la propuesta. Pero al igual que el Cabezón, el Kun  desaprovechó su cuarto de hora de protagonismo buscando el aire que nunca pudo encontrar.

A pesar de la falta de poderío ofensivo del combinado local la última línea colombiana seguía siendo un colador, por el que el Fideo pasaba tranquilamente. El duelo personal entre Angelito y un Yepes de 37 años, más que un partido de fútbol parecía una emisión de Desafío Volver con Pancho Ibáñez, donde el reto de destreza para el longevo era despejar un centro lánguido sin mandarla irreparablemente al corner. En fin, al arrimarnos al pitazo de los 45’ la defensa de Colombia se puso especialmente oscura, fea y ordinaria. Y esa parecía ser la única razón por la que Agüero se sentía seducido a encararla una y otra vez, aunque fue sin mayor perjuicio.

Entretiempo, momento de reflexión. Lo primero que me salió pensar era que con tanto cambio de horario que había sufrido el fútbol últimamente me había equivocado y había enganchado una repetición de ‘100% Lucha’ o de ‘La Guerra de los Roces’, que Virginia Lago había anunciado como un drama de la vida real con mucha violencia. Pero no, parece que estaba viendo a Argentina nomás. Por suerte la clasificación no peligraba porque el partido estaba condenado a terminar con un 0 a 0 sellado…. SAAAALVO QUE LLAME PEKERRRRRMAN! (a Teo).

Durante la segunda mitad el partido se desarrolló prolijamente, pero fue mucho más aburrido. Argentina se atomizó y se hizo notar más desde la técnica individual que desde el  juego colectivo. De hecho el único colectivo que hubo en cancha fue un 142 que se tuvo que tomar Agüero para alcanzar los pelotazos pasadísimos que Montillo le disparaba desde 60 metros. Horroroso.

 ¡QUE MAL QUE LA ESTOY PASANDOOOOOO!!!!

Podrido de que la ardilla no cumpliera ni en lo más mínimo con las expectativas de armado, Alejandro Sabella se dignó a meter el cambio por alguien que pudiera hacer algo de Lío. Minuto 57’, empezaba verdaderamente el partido. Minuto 57’, empezaba el Fútbol.

Tal y como en la Yugoslavia convulsionada de los años 70, donde los ministros ocultaron públicamente la muerte del Mariscal Tito para mantener la moral nacional unida, Messi en una pierna y con dos meses de estancamiento físico hizo más por despertar a su selección que cualquier otro. Los Colombianos ‘paniquearon’ y reorganizaron todas sus marcas personales, sus compañeros se contagiaron, lo empezaron a rodear y volvieron a pisar el área rival. Con su estereotípico pasito corto, casi etéreo (el mismo que hace un tiempo inspirara a Niembaaaa a decir “Cuando Messssi avanza corriendo parece que ssse va transsssladando en una bicicleta. Una de esssas BIcicletas de una rueda sola”), iba deambulando por las cercanías del área rival ilusionando a la parcialidad gaucha y animando a sus pares. Tanto movió los hilos que hasta el delantero del Manchester City pudo llegar al gol, aunque fuera bien anulado luego por posición adelantada.

Después de arrastrase hacia la hora de juego el partido parecía haber revivido, pero sin llegar a hacer daño en las redes. La bronca fuerte llegó a los 70’ cuando Messi deja pasar un centro rastrero desde la izquierda que encuentra el pie de Agüero para hundirse en el arco. El pito Escalante (de quien nos ha llegado un video turbio de su juventud, esperamos confirmar el dato) decidió volver a anularle otro gol al Kun, por una posición ilegal de Messi, que NO la había tocado, y que en última instancia tampoco estaba en offside. Bochorno y protestas por los cuatro costados, aunque el reclamo específico en sí quedó opacado por todos los demás fallos que estaban por venir.

Mascherano, una de las perpetuas figuras del equipo, estaba jugando excelente como volante Y como defensor y se tuvo que comer un par de cortitos de expulsión que solo fueron castigadas (aunque pareció más bien un premio) con una tibia amarella. Varios sufrieron chispazos por el carril izquierdo, entre ellos Garay que andaba por ahí, con un opaco Falcao que mientras le rezaba al siñurcito de los milagros todo misericordioso iba con la doble plancha voladora sin otra intención que la de astillar fisonomías ajenas. De la tribuna le caía sobre las espaldas el cantito éxito de Ricardo García: “♫Que mala leche sos, que mala leche! no servís ni pa’ yogurt ni pa’ queso roquefort! ♫

Faltando el último tramo para la finalización del match el que más se movía era Sabella. Iba y venía preocupado, porque la delantera no rendía. Ezequiel Lavezzi que ingresó un rato parecía Ben Affleck en Argo en la escena que recién se levanta con la ropa de ayer y se tambalea hasta el laburo medio boleado sin saber que lo van a mandar a negociar con terroristas iraníes. Por su parte Aguëro parecía ser el más afectado por el apunamiento. Lo raro era que no estábamos jugando en La Paz, a lo mejor el efecto psicológico de Quito le estaba pegando por adelantado, no se.

Caía con decepción la persiana de una velada que prometía mucha acción y se quedó en el diome de todo cosechando un magro 0-0 final. El equipo de José dejó bastante que desear, las prematuras expulsiones lo desvirtuaron y obligaron a quemar los cartuchos de los cambios antes de tiempo. Aún así logró cumplir efectivamente el slogan de Yogurísimo: ‘Que Pachorra no te ataque’, aunque más por desmérito ajeno que por aciertos propios.

Pitados los 90’ y finiquitado el trámite clasificatorio el plantel albiceleste se le fue al humo al cuerpo arbitral para reclamarle por todo tipo de faltas: el offside mal cobrado, los foules ignorados y las tarjetas mal sacadas, sin darse cuenta de lo más importante: falta de futbol no se cobra.

Para colmo de males cuando Messi se disponía a hablar con la prensa un desquiciado le robó la camiseta y se fue corriendo. Dicen los testigos que el caco era nada menos que el árbitro Escalante, a quien ya no le quedaban más cosas por robar. Me llegan datos oficiales que confirman nuestras investigaciones: tenemos en exclusiva los ‘early years’ de Escalante en un vídeo que los va a dejar pasmados. Cerramos así nuestra review:
  Que pronunciación! que calidad de artista!
Escalante, mejor dedicate al canto, que como referí te cagás de hambre!