sábado, 8 de octubre de 2011

Lugano 1 y 2 - (Argentina-Chile, por Nico)


Cierto, esta no es una review del encuentro que Uruguay le ganó a Bolivia 4 a 2, pero me pareció un desperdicio dejar pasar este chiste, más considerando lo improbable que es que el defensor charrúa moje dos veces en un mismo partido. Así que continuamos con lo nuestro. Eliminatorias Brasil 2014. Mi verde-amarellita del alma no participará en esta competición por ser local, por lo cual me veo obligado a revisionar los partidos del combinado de Pachorra Sabella, que se midió con la Selección trasandina en esta primera fecha.


Durante la semana Marcos Rojo fue quien hizo más por aumentar la calidad defensiva del conjunto gaucho, es decir, lesionó a DeMichelis en una práctica. De quien, dicho sea de paso, pudimos deleitarnos con lo mejor que tiene en su vuelta al país: su mujer!


Los compañeros de Marcos Rojo se abrazan, alegres por su convocación para la selección.


El flamante técnico de Argentina tuvo que tomar su primera gran decisión al designar quien sería nuevo capitán, a causa de la suspensión de Masche. El elegido para portar la cinta, sinónimo de entrega, garra, y fuerte personalidad, fue nada menos que la pulga Messi, quien se ocupó de contagiarle al equipo su carácter, que más que a Diego del '86 hizo recordar al Presidente Neutral de Futurama.


Primer partido de Eliminatorias, primer gran espectáculo para presenciar en familia, de hecho las entradas se publicitaban como “Selección Argentina On Ice”. De antemano el partido prometía muchos balones peligrosos, aunque en realidad lo peligrosos en serio fueron los res-balones. En los primeros 5 minutos el juego asociado no pudo prosperar por el pésimo estado del campo de juego en las áreas. En un momento pensé que estaban pasando un video del Lunar Ball sin fricción, con la bocha que iba de un lado a otros sin ningún sentido, y con todo el mundo patinándose. Cuando más o menos se estabilizaron en sus tapones de teflón ambos quipos dieron comienzo al partido. La Selección local fue prudente, esperó agazapada en su campo y dejó que los chilenos hicieran lo que mejor saben, robar la bocha e invadir el territorio argentino.


El DT argento había estado probando con algunos jugadores del ámbito local para conseguir mejores resultados en las eliminatorias. Le dio resultado. A los 7 minutos Waldo Ponce, ex Vélez, fue quien generó la contra argentina luego de un tiro libre ejecutado horriblemente contra la barrera, que le permitió al feo de Di María cruzarle una buena bocha a Higuaín, quien la bajó magistralmente abriendo el marcador tempranito de un zapatazo.


El Fideo y el Pipita se mostraron productivos en ataque, tanto que el mítico Fernando Niembro (nuevo protagonista de estas reviews) dijo: “Mourinho debe esssstar muy contento viendo lo bien que rinden juntos Di María e Higuaín. Mourinho esss el técnico del Real Madrid”, aclaró luego, por si algún repitiliano desprevenido estaba desembarcando de Saturno en nuestro planeta justo en ese momento y necesitaba la referencia.


Por más oficialista que sean las transmisiones de Canal 7, difícil fue ocultar una nueva crisis del campo: la tierra mojada, el desorden general y el desabastecimiento de buenos defensores se hicieron notar. Una rapsodia de errores atrás dejaban un corredor por el lateral, esta zona liberada (que era naturalmente la zona de Zabaleta) era aprovechada por Chile para colar varias pelotas al área, con la constante presencia de un Suazo siempre peligroso.


Argentina por su parte intentaba salir con pelotazos rápidos para el 9 Merengue que a esa altura ya parecía Shiryū de Dragón revolcándose por el piso cada vez que tenía chance. Aún así, las pocas veces que pudo mantenerse en pie los intentos que tuvo durante la mitad del primer tiempo se vieron truncados por errores de un juez línea que tenía menos reflejos que la duquesa de Alba en plena resaca por el casorio del día anterior.


Recordemos que por lo incidentes ocurridos en el Monumental luego del DESCENSO DE RIVER PLATE se montó una gran operativo para evitar incidentes, que constaba en iniciar la desconcentración de gente lo antes posible. Tan bien funcionó todo que hasta los defensores albicelestes ya estaban desconcentrados a los 25’ minutos de juego, así Valdivia se hizo de un tiro libre rápido y furioso, desviado por poquito, que muchos todavía están tratando de ver por donde pasó. Si bien ambos equipos pusieron varios jugadores de buen pie para disputarse la mitad de la cancha, estaba claro que en el trámite de juego estaban fallando los organizadores, no solo en lo futbolístico, también los organizadores que decidieron jugar en esa cancha, sabiendo que parecía una suerte de trinchera iraní, un peligro para la integridad humana.


Según se informó, hubo una mala interpretación de las autoridades de River Plate cuando contrató a un grupo de 'cancheros' para que se ocuparan del estado del campo de juego …achitú-rro más…

El Principito Sosa fue un jugador esencial: porque fue invisible a los ojos. Su actuación fue símil su apellido y gravitó menos que el asteroide B-612. No obstante el otro armador de la argentina, Lío Messi, apareció cuando tuvo que aparecer y pudo quebrantar la sequía que traía de dos años y medio con la mayor. Tras un pase preciso del Pipita, la Pulga puso el 2-0 y ambos se iban acomodando como las grandes figuras de la cancha. Chequealo…


No hubo muchas más jugadas destacables hasta el entretiempo, solo una escalada por la izquierda que el mismísimo Don Fernando relató de la siguiente manera: “Esss impesssionante como Sosssa entró con pelota dominada al área chilena, pero lo presssionaron y no pudo rematar. Perdón dije Sosssa y era Higuaín!”. Era DiMaría.


Un Chile no tan picante: Para la segunda mitad, el conjunto de Borghi estaba obligado a salir a presionar para buscar el empate, pero apenas unos 8’ minutos les duró el entusiasmo cuando el Fideo, como un Neutrino endemoniado, se desplegó a toda velocidad por la banda izquierda y combinó con Gonzalo Higuaín, que volvió a mojar en el área, como si hiciera falta más barro.


Promediando la hora de juego Argentina se confió con un buen colchón de goles a favor y delegó la tranquilidad del partido a sus mediocampistas, la juventud y sutileza de Ever Banega contrastaba con un Chapu Braña violentísimo que se erigía como un ariete de asedio para chocar a todo el que se acercara. Por este mismo juego rústico, en el tramo más descolorido del partido, Marcos Rojo se ganó la amarilla, por un tackle deslizante que fue más deslizante que otra cosa. Así los chilenos se fueron instalando en las afueras del área grande albiceleste y empezaron a incomodar a un Mariano Andujar que ofrecía menos respaldo que un paquete accionario en Dracmas. Tanto fue así que pronto llegó el descuento de Chile con una salida malograda del aquero local, luego de un confuso choque con chupete Suazo omitido por el referí de turno.


Mariano Andujar, arquero argentino, se había calzado las Hover Boots de Zelda antes de entrar a la cancha.

Chile descontaba y se ponía a dos faltando casi media hora, MANO LOOOCA!!. Cuando todo amagaba para ofrecer un segundo tiempo apasionado y a pura lucha, cuando no, aparece el 10 del Barça para enfriar la situación. Tras una salida imprecisa de Bravo, cosa que es casi una redundancia, Messi la baja con el hombro y vuelve a servirlo al Pipita que ya a esa altura le ponías una silla de oficina en frente y te la clavaba en el ángulo. Con el 4º gol el partido se cerró, los fanáticos chilenos ya iban bajando de las tribunas junto con una cortina de ‘Oooles’ mal usados por parte de la parcialidad argentina cada vez que Lio se pegaba una corrida en una de tantas contras que aprovechó.


Como se sintió Pep Guardiola, ante el esquema de contraataques que planteó Argentina...

Con 4 o 5 ex dirigidos por Sabella los trasandinos volvieron a sufrir el karma de este último tiempo: las revueltas de los Estudiantes, y el no poder encontrar una alternativa efectiva por la izquierda. La garúa del primer molestó mucho más al fondo local la lluvia de centros pasados que le propinaron los del Bihi, cuya aridez de ideas ya era alarmante. El verdadero peligro durante los 15 finales fueron los intentos de salir jugando de los chilenos , un poco por que el campo de juego hacía que cada pase atrás pareciera un misil Scud con mira térmica, y otro tanto porque cualquier contacto de Bravo con la pelota era un potencial gol en contra.


Así terminó un partido, nobleza obliga, entretenido, con buenas idas y vueltas, y bastantes goles. Aunque para un fin de semana largo, lluvioso y sin futbol sonó a poquito. Esperemos que esto de ‘fecha FIFA’ adquiera algún otro significado de cara al aburrimiento que se viene…


El equipo: ya era hora de encontrar un estilo más moderno, y por esto entiendo mezquindad y especulación a fuerza de errores ajenos. Si bien la delantera rindió muy bien, fue efectiva, certera y vertical, aún sigue siendo un desfile de figuritas que debe encontrar conexión y equilibrio para empezar a contagiar como debiera. De mitad de cancha para tras: de mediocre a malo, en la mitad de la cancha poco se puede rescatar más que pizcas de Banega y la entrega de Braña, pese a todo. Jonás Gutiérrez apareció humildemente al final, y fue el que menos desentonó en un estadio de segunda división (al que me niego a concurrir ya que a mi parece no estuvo a la altura de las circunstancias de un encuentro deportivo como este). El arquero? por lo menos dudoso, en lo poco que pudo demostrar, aunque ciertamente mejor que su colega trasandino. Gran desconcierto hubo en el arco chileno, y justamente grandes conciertos es lo único que iría a ver al Monumental. Así que en vez de sacar entrada para verlo al tronco de Bravo en vivo y en directo, mejor voy la semana que viene a la misma cancha, a la misma hora, y por el mismo bati-canal, para disfrutar del otro ‘Mano lenta’…


♫ "If You Wanna Get Down. Get Down On The Ground. Higuaín" ♫

2 comentarios:

  1. Dilaightful su reviu amigo!! No hay otra palabra. Lo importante es que la albiceleste gano con contundencia cosa que no se veía desde los tiempos del Coco.
    Parrafo a parte merece la cancha de River.
    Tengan fe a Pachorra.

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